El salmón es un pescado de la familia Salmonidae. De manera natural se encuentran en el hemisferio norte, aunque el ser humano lo ha inducido en otros hábitats alrededor del mundo para su pesca.

Es un pescado anádromo, esto significa que vive en los mares hasta que llega la época de puesta donde se traslada a los ríos. Las crías vivirán en estos ríos durante uno o dos años hasta volver al mar.

Son capaces de reconocer la química de su río natal para volver y reproducirse.

Tiene un cuerpo largo, recubierto de escamas pequeñas y de forma redondeada. El tamaño de su cabeza es pequeño, al contrario que su mandíbula que llega hasta el final de su ojo y está llena de dientes resistentes.

La parte inferior de la mandíbula, al ser tan grande sobresale de su cabeza.

Es de color azul con tonos grisáceos, recubierto con escamas de pequeño tamaño con manchas de color oscuro dispuestas generalmente en la parte superior del cuerpo.

Los salmones se alimentan de peces de menor tamaño, insectos y crustáceos.

Un detalle interesante es que al salmón por lo general se lo considera pescado azul por su alta acumulación de grasa, pero este después de realizar el desove, pierde casi enteramente ese contenido corporal, debido al gran esfuerzo que le supone ese período.

Gracias a esta acumulación de grasas es un pescado que contiene unos niveles de omega-3 importantes, y esto nos aporta muchos beneficios.

El omega-3 nos ayuda a regular la presión arterial y disminuye las probabilidades de que se nos formen coágulos o trombos.

También nos ayuda a mejorar y fortalecer la memoria y por lo tanto disminuir el riesgo de padecer enfermedades relacionadas como el Parkinson o Alzheimer.