La sardina es un pescado de la familia Clupeidae, siendo este pez la única especie de su género. Habita en aguas de profundidades templadas, con temperaturas entre 12 y 24 grados.

Su fisionomía es alargada pero no muy compacta. Su aleta dorsal nace más próxima a la cabeza que al nacimiento de la aleta caudal.

Es de color verde parduzco y su vientre blanco con tonos plateados, teniendo a los lados una gruesa línea de tono azulado.

Sus aletas carecen de color exceptuando la dorsal, que tiene un color ligeramente oscuro. Además su ojo cuenta con un párpado adiposo bastante desarrollado. Su maxilar no llega más lejos de la parte media de su ojo. Sus dientes, si es que los tiene, son muy pequeños.

Su alimentación se basa en plancton, el cual asimila filtrando a través de las branquiespinas. Lo absorben nadando o a veces situándose frente a la corriente haciendo pasar el agua por sus branquias directamente. También come pequeños peces, crustáceos o huevos de otros peces.

La sardina es un pescado social por lo que vive en grandes bancos (llegando estos a medir entre 15 y 50 metros) y vive tanto en las zonas de litoral como más hacia la costa.

Es un pez que sirve de alimento a muchos depredadores por lo que estabiliza los ecosistemas.

Su esperanza de vida puede alcanzar los 15 años. A la hora de reproducirse cada hembra puede llegar a poner entre 50.000 y 60.000 huevos.

Es un pescado que realiza amplios desplazamientos, en primavera acercándose más a la zona de la costa y las zonas más superficiales y al llegar a zonas frías alejándose y hundiéndose.