La dorada es un pescado de la familia Sparidae. Su nombre común nace de la franja de color dorado que tiene entre sus ojos. Vive en las aguas que rodean las Islas Británicas, en las del mar Mediterráneo y en las del mar Menor. Es una especie costera.

Los ejemplares jóvenes se mueven por las zonas más costeras mientras que los adultos nadan por zonas algo más profundas sobre los 30 metros, aunque en su etapa de reproducción pueden llegar a bajar hasta los 150.

Es un pescado que destaca por su contenido en vitaminas, previniendo la aparición de diversas enfermedades y actuando como antioxidantes.

Les gusta vivir entre las algas cercanas a zonas rocosas y en los fondos arenosos.

Es un pez muy sensible a las temperaturas bajas, llegando incluso a morir si sufren un descenso muy brusco de ellas.

Su cuerpo tiene forma ovalada y compacta. Tiene la cabeza grande y con forma redonda acompañada de unos labios gruesos. Sus mandíbulas son fuertes y cuentan con seis colmillos en su primera fila de dientes.

Solo cuenta con una aleta dorsal, la aleta caudal cuenta con una banda negra y sus aletas pectorales tienen forma alargada terminada en punta.

Su color es verde con tonos azulados, los lados tienen un tono amarillo grisáceo y su vientre es de color plateado.

Es un pescado diurno y de alimentación omnívora, se alimenta de peces pequeños, moluscos, crustáceos, algas y plantas marinas. Utiliza su potente mandíbula para romper las corazas de los moluscos y crustáceos de los que se alimenta.

Como muchas otras especies la dorada es un pescado hermafrodita, concretamente de la especie hermafrodita protándrica, lo que significa que nace siendo macho pero a partir de los tres años se convierte en hembra.